EN LA CLASE DE 5º Y 6º SOMOS UNOS DESLENGUADOS. COMPRUÉBALO.

"Dicen las malas lenguas que tenemos la lengua muy larga. Aunque a veces nos mordemos la lengua, no tenemos pelos en la lengua. Pero si nos tiran de la lengua, nos vamos de la lengua. No nos gusta aprender con la lengua afuera y muchas veces tenemos la respuesta en la punta de la lengua. Que este blog vaya de lengua en lengua y al que no le guste... ¡le sacaremos la lengua!"

jueves, 30 de agosto de 2012

UNA HISTORIA DE BIENVENIDA

Como soy el profesor voy a tener que empezar yo escribiendo algo. Y voy a contar la breve historia de un profesor que se llamaba "Venancio". Venancio no sabía colocar las tildes en palabras como armonica, rubi, latex, algodon, esqueletico, atico, devuelvemelo, portatil, radar, afan... y muchas otras. Venancio tampoco era muy habilidoso a la hora de usar la "h" en palabras como ecatombe, coibido, auecar, aogado, ilandera... No se le daba bien expresarse correctamente y decía cosas como:
- Hoy endebe comer envidias voy a comer unas pocas de jodías tomatosas.
- Paice que va llover y caer algo de piedriza asin que ya sus podéis recoger los autos.
- Emilia, ¿ties asti en la cocina la perola carne u qué?
El profesor Venancio desgraciadamente tampoco lograba conjugar con acierto las formas verbales:
- Ayer vinieran los vecinos a pasar la tarde a casa.
- Emilia, he ponido los huevos en la nevera para que se enfrieren un tanto.
Con algunas palabras tenía el problema de que siempre le bailaban algunas letras y decía cosas como secacorchos, anredadera, cacuracha, malacotón, carezola, jieringuilla, tamburete... Otra confusión curiosa era que confundía las clases de palabras y decía que pálido, intrépido, fisgón, revoltoso, esbelto o feroz eran nombres; aseguraba que hamaca, grieta, axila, candelabro, taberna o zancos eran verbos; creía que susurraba, murmuró, derretía, investigará, zambullir o patalearía eran adjetivos; estaba convencido de que la, este, alguno, un, mí, nuestro, aquella, su o varios eran preposiciones; juraría que yo, vosotros, ella, tú, nosotras... eran preposiciones; y decía que a, bajo, con, de, desde, para, por, según... eran pronombres.

Venancio era profesor, sí, enseñaba a todos sus nietos, hijos y vecinos a cuidar a los animales, a cuidar el huerto, a trabajar el mimbre, a preparar los áperos, a afilar los cuchillos, a cortar la leña... La vida le había enseñado todo eso y se sentía "profesor".

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